Cómo descubrí el acroyoga

Cómo descubrí el acroyoga

Hace unos años atrás el acro yoga era algo totalmente desconocido para mí y hoy os cuento la historia de cómo descubrí la pasión de mi vida durante un viaje en autoestop por Estados Unidos.

Todo empezó cuando en 2013 decidí mudarme a Vancouver para estudiar inglés y trabajar y fue una de las experiencias personales que más marcó mi vida.  Allí me enamoré locamente de un viajero Italiano y en agosto de 2014 dejamos Canadá para cruzar el continente hasta la Patagonia haciendo autoestop por la costa oeste.

Durante este viaje conocimos a todo tipo de personas que nos recogieron en la carretera y nos ayudaron a recorrer más de 7.000 km. Estuvimos en lugares increíbles y tuve el privilegio de observar la naturaleza de parajes naturales como Red Woods, Yosemite, Death Valley, Gran Canyon y Monument Valley.

En L.A, en Santa Mónica,  la vida nos llevó hasta de Dean Zeller que nos acogió muy generosamente en su casa cerca de la playa. Resultó que Dean y sus amigos practicaban algo llamado acro yoga y el primer día ya estábamos en su salón aprendiendo las primeras figuras.

La primera vez que hice Acroyoga.

Recuerdo perfectamente como Dean me puso en sus pies y empezó a darme vueltas y ponerme de cabeza para abajo  hasta el punto de hacerme perder totalmente la orientación y marearme. Ese día fue muy especial y, aunque en ese momento yo no tenía ni idea, marcó un antes y un después en mi vida. 

 Al final no llegamos a la Patagonia, ni el chico italiano resultó ser el amor de mi vida pero en ese viaje descubrí la pasión de mi vida: el acro yoga. .

De vuelta a Barcelona no podía sacarme el acro yoga de la cabeza y empecé a tomar clases y no paré de practicar hasta el día de hoy. Desde el primer día me enamoré de la práctica y ahora comparto esta pasión con mis alumnos y con todos los que me rodean.  

Estoy segura de que todas las personas que se cruzan por nuestro camino lo hacen por algún motivo y a veces una sola decisión puede determinar el rumbo de nuestra vida.  Un día por alguna razón decidí mudarme a Canadá y todo lo que pasó después me llevó al Acro yoga. Ahora ya no me imagino mi vida sin esta práctica y sin todo lo que representa. 

No he vuelto a ver a Dean pero quien sabe si la vida nos volverá a cruzar en algún momento.

¿Y tú? ¿Cómo descubriste el Acro yoga?

 Si nunca has probado el yoga en pareja y no tienes claro en qué consiste te lo cuento en este post.

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